«Cat Litter» una interpelación genial de Robert Gober
Cualquiera que pasee por el delicioso Moderna Museet de Estocolmo, reparará – a buen seguro – en una pequeña bolsa de arena para gatos que da la sensación de haber acabado, por pura casualidad, apoyada contra la pared de una de las salas. La fuerza de esta obra del autor norteamericano Robert Gober, de 1989, sigue intacta varios decenios después de su aparición estelar en el MoMA de Nueva York. Su aspecto hiperreal obedece a una creación cuidadosa, en yeso, meticulosamente pintada a mano. Sin embargo, este paquete, que resultaría tan aparentemente intrascendente en nuestro medio familiar, se convierte aquí – en el contexto de una sala de museo – en un objeto inquietante, que llama a la reflexión. Como reza la cartela que acompaña a la obra, esta escultura habla de cómo las personas tomamos el mando sobre las necesidades fundamentales de nuestros animales – en este caso, de nuestros gatos –, enseñándoles a usar el arenero, y se convierte en símbolo de nuestra dominación sobre ellos. Del mismo modo, enseñamos a los bebés a usar el WC, y así ejercemos nuestro poder y nuestra supervisión sobre sus actos más íntimos. Cat Litter es, por tanto, un monumento postmoderno a nuestras estrategias para purificar lo que determinamos como impuro y una expresión universal de nuestra necesidad de control. Para pensar.