El perro que no le gustó a Benjamin Britten.
Entre los meses de mayo de 1933 y agosto de 1934, el gran compositor inglés Benjamin Britten (1913-1976) compuso una serie de doce canciones con piano para niños, que se publicaron bajo el título de Friday Afternoon, Op. 7. En realidad, la serie se concibió como un material destinado a la escuela preparatoria de su hermano Robert, en Prestatyn, donde las clases de canto tenían lugar los viernes. La canción Lone Dog (Perro Solitario) formaba parte del ciclo, pero misteriosamente fue retirada del mismo en 1936.
¿Por qué se retiró esta canción? La respuesta a esta pregunta pudiera encontrarse en el propio texto. La autora del mismo es la poetisa inglesa Irene Rutherford McLeod (1891 – 1968), que dibuja en él a un sujeto que se proyecta sobre la imagen de un perro desafiante y soberbio, al que no sólo nos cuesta vincular con la de cualquiera de los perros que podemos conocer sino, menos aún, con ninguna canción infantil o con la tierna imagen que tenemos de Benjamin Britten, abrazado a cualquiera de sus teckels.
Lone Dog I’m a lean dog, a keen dog, A wild dog, and lone; I’m a rough dog, a tough dog, Hunting on my own; I’m a bad dog, a mad dog, Teasing silly sheep; I love to sit and bay the moon, To keep fat souls from sleep. I’ll never be a lap dog, Licking dirty feet, A sleek dog, a meek dog, Cringing for my meat; Not for me the fireside, the well-filled plate, But shut door, and sharp stone, And cuff, and kick, and hate. Not for me the other dogs, Running by my side, Some have run a short while, But none of them would bide; O mine is still the lone trail, The hard trail, the best, Wide wind, and wild stars, And the hunger of the quest! |
Perro Solitario Soy un perro flaco, un perro vivo, Un perro salvaje y solitario; Soy un perro rudo, un perro duro, Que caza por su cuenta; Soy un perro malo, un perro loco, Que se burla de las tontas de las ovejas; Me encanta sentarme y mirar a la luna, Para evitar que duerman los espíritus gordos. Nunca seré un perro faldero, Lamiendo pies sucios, Un perro impecable, un perro sumiso, Que se arrastra por la carne; La chimenea no es para mí, Ni el comedero bien lleno, Sino la puerta cerrada, y la piedra aguda, Y la cadena, la patada y el odio. No son para mí los otros perros, Que corren a mi lado, Algunos han corrido poco rato, Pero ninguno de ellos esperaría; ¡Oh, el mío sigue siendo el sendero solitario, El sendero duro, el mejor, El viento espacioso, y las estrellas salvajes, Y el hambre de la búsqueda! |
Para acceder a la partitura de esta obra puedes visitar friday afternoon music.