Un respiro religioso para los perros de la India
El Instituto Polaco de Estudios sobre el Arte Universal publicó un interesante volumen el año pasado (sept. 2021), dedicado al Arte Oriental. En él, Dorota Kamińska-Jones, profesora de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nicolaus Copernicus de Toruń (Polonia), presentó un interesantísimo ensayo, titulado “Múltiples roles de los perros en India. Cultura, Arte y Contexto Colonial”.
En ese artículo, se muestra la interesante anomalía que aparece en las grandes epopeyas indias – el Ramayana y el Mahabharata – en cuanto al estatus cósmico de los perros, secularmente considerados en la cultura india como animales portadores de una gran impureza ritual y, por tanto, relegados por lo general a los puestos inferiores en el ciclo de las reencarnaciones (Samsara). Según Kamińska-Jones, resulta curioso que la actitud hacia los perros en la épica india pueda ser considerada como positiva. En el Ramayana, por ejemplo, un brahmán es castigado por golpear a un perro. Al mismo tiempo, se evidencia en esa obra la novedad de la prohibición de comer carne de este animal. Por su parte, en el Mahabharata aparece la creencia de que los perros son la primera encarnación animal en la que los que acumularon karma negativo en encarnaciones anteriores pueden nacer, antes de pasar a su primera forma humana – en la forma de intocables. Es decir, que si el individuo ha de reencarnarse por debajo del nivel de existencia humana, el perro sería la primera encarnación subhumana. Esto, como ya se ha visto en las páginas de Cat&Dog Tank, es una excepción y un cambio drástico respecto a lo que dice la tradición brahmánica, especialmente en los textos sobre el dharma (ley del orden cósmico universal). Allí, estos animales reciben el estatus más bajo posible. Como señala Wendy Doniger «para el indio, el perro es el más impuro de todos los animales, un carroñero contaminado, la imagen misma del mal».
Es un alivio, al menos, que en los imponentes ciclos épicos de Rama (Ramayana) o de Pandavas y Kauravas (Mahabharata), los perros logren sortear esa condena religiosa, que – por otro lado, y como señala la propia Kamińska-Jones – en la sociedad real eran considerados a menudo, junto con gatos y aves como loros y pavos reales, animales domésticos.
Para quienes quieran conocer un poco más al respecto, pueden consultar el formidable artículo de Kamińska-Jones haciendo clic en esta web