La mujer del gatito
La historia del ecologismo moderno no arrancó a través de grandes luchas sociales ni de potentes movimientos reivindicativos. El primer gran aldabonazo en el camino de la defensa de los derechos del planeta, vino de la mano de una mujer de aspecto bondadoso e inofensivo, con un toque de abuelita Paz, que con su sola acción personal, logró hacer que las cosas nunca volvieran a ser igual. Su nombre: Rachel Carson (1907-1964). Carson era una bióloga marina que, después de mudarse por razones familiares al campo de Maryland, empezó a observar allí los devastadores efectos que tenían sobre la vida silvestre los pesticidas, sobre todo el DDT. Ello la animó a elaborar una obra, a la que dio el título de Primavera silenciosa (Silent Spring, 1962), que cambiaría de raíz la mentalidad medioambiental. La obra de Carson hablaba del uso indiscriminado de los modernos pesticidas químicos, fungicidas y herbicidas en la tierra y prevenía sobre el daño medioambiental que acarreaban.
Primavera silenciosa resultó ser una extraña mezcla de emoción contenida y de meticulosa investigación científica, que llevó a un nivel sin precedentes la preocupación por el medio ambiente en la conciencia colectiva de la sociedad estadounidense. Desde su publicación, el libro se convirtió en un Best Seller internacional y se tradujo a gran cantidad de lenguas. Como era de esperar, en todo caso, la obra se encontró con la feroz oposición de las empresas químicas, hasta el punto de que la autora llegó a ser acusada de agente comunista, llamado a perturbar el avance de Norteamérica. Sin embargo, su tenacidad y su brillantez resultaron decisivos para impulsar el cambio en la política norteamericana sobre el uso de pesticidas, y para que el empleo del DDT y otros productos semejantes se prohibieran en Estados Unidos. También serviría decisivamente para inspirar el movimiento ambientalista, que llevó a la creación de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. Sin Rachel Carson, sería incomprensible el Club de Roma, el Informe Meadows, La Conferencia de Estocolmo, El Informe Brundtland o cualquiera de los pasos decisivos que se han dado desde ella en pos de una convivencia más sostenible y respetuosa con el planeta.
La lección de Rachel Carson, esa persona individual, apacible y tranquila, pero valiente, que en la foto aparece junto a su querido gatito, es que cualquiera de nosotros alberga una energía inusitada, que puede ayudar a cambiar el mundo… ¡a mejor, claro!