Una estrategia animalista contra el genocidio
Una de las principales contribuciones del pensamiento indio a la ética universal es su concepto de la Ahimsa, una idea que aboga por el no ejercicio de violencia contra ningún ser vivo. Si el universo es un todo ordenado, sostenido por la fuerza del Dharma, cualquier ataque hacia las personas o los animales es un ataque contra ese cosmos y una pequeña puerta abierta al caos. La Ahimsa es la primera y más antigua de las éticas animalistas y una forma de entender cómo la violencia contra los animales es la semilla de la violencia contra los seres humanos y un arquetipo de la violencia en general. La Ahimsa estuvo en la base del concepto gandhiano de no-violencia, que no sólo resulta una herramienta benévola hacia los demás, sino que, al mismo tiempo, es un arma mayor que ninguna otra ideada por el ser humano.
Celebrar la Ahimsa, implica plantearse de nuevo el “No matarás” como un mandamiento fundamental, extendido aquí a partes iguales hacia todo el inmenso arco de los animales, como primera piedra de la lucha intelectual contra el mal.
En unos tiempos de odio, de agresión y de genocidio… donde hay seres humanos que deciden matar a otros seres humanos en masa con la misma impunidad con la que exterminan a los animales, la Ahimsa parece convocarnos a reflexionar sobre si, en pleno siglo XXI, la única solución a los problemas es asesinar… Tal vez si comenzásemos a plantearnos en serio la necesidad de acabar con el exterminio global de los animales podríamos llegar a la deducción de que no deberíamos seguir aceptando la masacre masiva de personas.