El placer de pintar perros
Entre sus múltiples maravillas, el Museo del Prado guarda dos pinturas de factura semejante: “Cacería en el castillo de Torgau en honor de Carlos V” (1544) y “Cacería en el castillo de Torgau en honor de Fernando I” (1545). Más allá del papel poco recomendable de los perros que describen estas escenas de cacería, no exentas de brutalidad hacia todos los animales recogidos, podemos imaginar al pintor de Kronach recreándose en la representación de distintas especies de perros, aquí galgos, ahí mastines, allá spaniels, acullá perdigueros… Para cualquier amante de los perros, perderse en la observación de sus distintas formas (in situ o en la página del museo) puede ser un ejercicio de lo más interesante. Cualquiera que desee probar puede hacerlo en: