Testigos felinos del dolor
Uno de los poemas más enigmáticos y tristes de la última época del escritor italiano Cesare Pavese (1908-1950) fue su Lo sabrán los gatos («I gatti lo sapranno»). En él, se refleja la observación silenciosa de los felinos como testigos de la vida y el amor perdido. Los gatos de Pavese aparecen como criaturas omnipresentes y omniscientes, que conocen los secretos más profundos del corazón y que presencian el retorno de un amor perdido: » Entre flores y alfeizares, lo sabrán los gatos. Llegarán otros días, llegarán otras voces. Sonreirás sola. Lo sabrán los gatos.». En estos versos, vuelven a aparecer algunos de los temas recurrentes en la obra del autor: la soledad, el amor no correspondido y el dolor existencial.
El poema fue escrito durante un período particularmente doloroso de su vida, posiblemente influenciado por su turbulenta relación con la actriz Constance Dowling, que contribuyó a su posterior decisión de quitarse la vida, en el mismo año de su composición, 1950. Lo sabrán los gatos será, de hecho, uno de sus últimos poemas junto al inmortal Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Imprescindible.
Cesare Pavese –
I gatti lo sapranno
Ancora cadrà la pioggia
sui tuoi dolci selciati,
una pioggia leggera
come un alito o un passo.
Ancora la brezza e l’alba
fioriranno leggere
come sotto il tuo passo,
quando tu rientrerai.
Tra fiori e davanzali
i gatti lo sapranno.
Ci saranno altri giorni,
ci saranno altre voci.
Sorriderai da sola.
I gatti lo sapranno.
Udrai parole antiche,
parole stanche e vane
come i costumi smessi
delle feste di ieri.
Farai gesti anche tu.
Risponderai parole −
viso di primavera,
farai gesti anche tu.
I gatti lo sapranno,
viso di primavera;
e la pioggia leggera,
l’alba color giacinto,
che dilaniano il cuore
di chi piú non ti spera,
sono il triste sorriso
che sorridi da sola.
Ci saranno altri giorni,
altre voci e risvegli.
Soffriremo nell’alba,
viso di primavera.
10 aprile 1950
Cesare Pavese –
Lo sabrán los gatos
Aún caerá la lluvia
sobre tus dulces empedrados,
una lluvia ligera
como un hálito o un paso.
Aún la brisa y el alba
florecerán ligeras
como bajo tu paso,
y tú regresarás.
Entre flores y alfeizares,
lo sabrán los gatos.
Llegarán otros días,
llegarán otras voces.
Sonreirás sola.
Lo sabrán los gatos.
Oirás viejas palabras,
vanas y cansadas
como vestidos usados
de las fiestas pasadas.
Tú también harás gestos.
Responderás palabras –
rostro de primavera,
tú también harás gestos.
Lo sabrán los gatos,
rostro de primavera,
y la lluvia ligera,
el alba de jacinto,
que el corazón lacera
de quien no te espera,
son la triste sonrisa
que tú sonríes sola,
Llegarán otros días,
voces y despertares.
Sufriremos al alba,
rostro de primavera.
10 de abril de 1950