El gran novelista gráfico Miguelanxo Prado muestra su alma felina en un extraordinario autorretrato
No será difícil – a poco que se curiosee en internet – encontrar el nombre del gran Miguelanxo Prado, uno de los creadores más importantes de la novela gráfica española, asociado a un autorretrato, en el que su actitud pensativa y hasta soñadora, con la cabeza apoyada sobre la mano izquierda, se ve contrapesada por la figura de un gato siamés con los ojos abiertos y la mirada fija en un punto, como trasunto del alma alerta del artista.
El mismo lenguaje visual de Trazo de Tiza, De Profundis o Ardalén, le sirve al autor para representarse en una mesa de trabajo esencial, donde su mente – a la vez humana y animal – parece detenerse un instante en busca de lo inefable.