Celebrando el día de la mujer
Los mismos brazos que levantaron el Premio Nobel de literatura en 2015, levantan a un expectante perrito, que no entiende muy bien por qué ha de esperar para seguir correteando entre las delicadas flores. Algunos peludos, en cambio, se muestran más pacientes ante los achuchones de su dueña, conocedores de los verdaderos espíritus de su casa. Por su parte, un chucho inspirador de poetisas, se ha subido con ella al capó del coche y ha descubierto que el calorcito del motor está acabando por gustarle. Incluso hay quien le propone a su fiel compañera un baile inopinado, aprovechando que ella ha dejado, por fin, tranquilos los pinceles. La vida de las mujeres de la cultura y las artistas puede ser, no obstante, sumamente ardua, hasta el punto de que, en ocasiones, las cariñosas amitas no saben que mejor que navegar, muchos perros prefieren quedarse tranquilamente en casa.
Y, sin embargo, es un hecho que detrás de toda gran mujer tiene que haber un gran perro.
Con cariño, a todas las mujeres. A todas las grandes mujeres.