Retrato musical de un felino perezoso
Un minino adormilado avanza y se estira; pliega su espalda, se hace una U invertida, para luego volver a desparramarse entero, maullando sin convicción, mientras deja que sus uñas se desplieguen hasta casi salírsele del cuerpo. El joven Heinrich lo observa e imagina trasladar ese plácido sopor felino a un violín risueño, sujetado desde abajo por el clave. El gato se pasea flemático entre sus piernas; se frota una y otra vez lentamente. De pronto, de puro atolondrado da un salto asustado, intuyendo no sé qué peligro a un leve movimiento del genial y paciente compositor. Cuando se da cuenta de que no pasa nada en absoluto, volverá de nuevo a su quedo estirarse hasta quedarse de nuevo – ¿cómo no? – profundamente dormido.
Si uno escucha la séptima parte de la Sonata Representativa del genial violinista y compositor Heinrich Ignaz Franz von Biber (1644-1704) no tendrá problema alguno en recrear la escena en su cabeza. ¿Quieren comprobarlo?