Nostalgia de la pantera
Aunque nacido en Lausanne (Suiza), Théophile-Alexandre Steinlen (1859-1923) es considerado como uno de los artistas más importantes del Art Nouveau francés; pues, desde que se trasladó a París en 1881, comenzando a vivir en Montmartre, se imbricó a la perfección en los círculos de artistas y escritores de la época y muy particularmente de aquellos que frecuentaban el club Chat Noir, que su célebre ilustración haría inmortal. La inconfundible línea de sus obras le llevaría muy pronto a trabajar como ilustrador en revistas y libros, por ejemplo, los de Guy de Maupassant y Anatole France. En adelante ejercerá de grabador, ilustrador, pintor y escultor, llegando hasta la actualidad el sorprendente magnetismo de sus creaciones. Sin embargo, si hay algo por lo que sea célebre este autor de un modo universal es por la riqueza, la calidad y la cantidad de sus representaciones de gatos.
Los gatos ejercieron siempre en Steinlen una inusitada fascinación. De hecho, su “locura felina” puede documentarse ya desde sus primeros días de escuela, cuando los dibujaba en los márgenes de sus libros del colegio. Más tarde, en París, su casa de la Rue Caulaincourt sería bien conocida por los gatos de Montmartre. Así saldaba su deuda por la ayuda que ellos le habían prestado a su llegada a la ciudad, pues, durante sus primeros años allí, sobrevivió dibujando y vendiendo bocetos de gatos, para poder comer. Hoy son muchas las publicaciones en las que pueden admirarse los gatos de Steinlen, que siguen sorprendiendo porque no se trata de unos gatos muelles, juguetones y hogareños, sino más bien de unos felinos sofisticados, elegantes, desafiantes y poderosos, que parecen reivindicar su parentesco con las panteras.
Es un hecho que los gatos de Steinlen han contribuido a conformar una cierta imagen del imaginario felino occidental, pero no lo es menos que, con frecuencia, hemos pasado de largo del nombre de este gran autor: Théophile-Alexandre Steinlen.