Un ideal de amor
El genial escritor argentino Julio Cortázar, amante como pocos de los gatos, propone su ideal del amor humano como el amor que les manifestamos a estos. Y así, propone:
«Querer a las personas como se quiere a un gato, con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin intentar cambiarlo, dejarlo que se acerque cuando quiera, siendo feliz con su felicidad».
Julio Cortázar
Los gatos son suyos, autónomos, tienen sus propios planes y sus propias apetencias, se saben volubles e inconsistentes, con frecuencia, pero cariñosos y melosos como ningún otro ser en el mundo, cuando les place. Su pasión intermitente por nosotros nos remite, sin duda, a aquella máxima que enunciaba Albert Cohen en su Bella del Señor, que decía que para conseguir de alguien un amor desaforado, lo fundamental era mostrarle un cierto “desprecio previo”. Los gatos, máquinas de la seducción, lo saben bien… por eso los queremos tanto.