Una parte de nosotros mismos

Salvar del desastre a nuestros animales

Entre las múltiples muestras de sensibilidad con la tragedia animal que se ha añadido a la humana en el desastre provocado por la Dana en Valencia, hay una que nos ha llamado especialmente la atención, la que tiene su base en el campo de fútbol del Sporting Benimaclet, que se ha transformado en un centro de atención a animales afectados por el terrible azote natural. En tan solo una semana, un equipo de voluntarios y veterinarios ha logrado rescatar a más de 400 animales, tanto domésticos como de granja, que se encontraban atrapados y desorientados por las inundaciones.

Lo que comenzó como una pequeña carpa solidaria a acabado convirtiéndose en un verdadero campamento de auxilio animal, donde veterinarios y educadores especializados han estado brindando atención profesional a cada animal rescatado. La provisionalidad de la acción no ha restado un ápice de su profesionalidad: tras el rescate, se abre una ficha clínica y se busca una familia de acogida temporal mientras se localiza a los propietarios, muchos de los cuales pueden ser identificados gracias a los chips localizadores.

La iniciativa, que surgió desde el propio club de fútbol, ha recibido una respuesta abrumadora de la comunidad. Los voluntarios, equipados con salvoconductos oficiales de la Generalitat, se desplazan hasta los puntos más críticos para realizar los rescates. Por otro lado, el centro acoge desde perros y gatos hasta jabalíes, tortugas y caballos. Un ejemplo mayúsculo de solidaridad con los animales. No cabe duda de que, en este extraordinario esfuerzo de salvamento, estamos salvando una parte importantísima de nosotros mismos, evidenciando, al mismo tiempo, la importancia crucial de incluir a los animales en los protocolos de emergencia ante desastres naturales.

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