Huérfanos de Sempé
Como colaborador del The New Yorker, Sempé llenó la mítica publicación de ventanas, cristales, escaparates… Su narrativa manejó siempre esa dialéctica del dentro y el fuera, de lo que se expone y lo que es visto, de lo que se mueve a medio camino entre lo público y lo privado, entre la intimidad y el espectáculo… Seguramente, esa fue su convicción más profunda sobre la ciudad de los rascacielos. Qué mejor homenaje, al gran maestro, que esta portada del año 1982, en la que un gato triste mira desolado a una Nueva York huérfana; huérfano ya él también de su maravilloso dibujante.